Salón / Comedor.

Entramos y lance las llaves a la cómoda donde siempre las guardaba, Pink llegó a saludarme y miró a Santino con algo de desconfianza. Me agaché y le acaricié la cabeza con mimos, me levanté y sonreí a Santino.
-¿Que te parece?

Entra detrás de ella, observando todo el lugar. Tenía buen gusto para decorar. Observa que la perra lo mira con desconfianza, sonríe de lado divertido al pensar que su dueña no lo miraba así a él.
-Bastante bien- dice.

Me aproximé más a él hasta quedarme a unos pocos centímentros.
-¿Por dónde íbamos?

Off: Tengo que irme, hasta mañana x)

-Quedamos aquí- murmura tomándola por la nuca y besándola de nuevo.

OFF: Beeeso.

Le di un leve mordisco a su labio superior sonriendo juguetona sin dejar de besarle, metiendo las manos por debajo de su camisa.

-Directa eh- murmura divertido contra sus labios. La alza tomándola por la cintura sin dejar de besarla llendo hacia el sofá a ciegas. Cayó sentado en el mueble con ella sentada en sus piernas.

Reí suavemente.
-Siempre.- Susurré contra sus labios. Aterricé con el en el sofá y sonreí divertida, comencé a juguetear con el primer botón de su camisa, besándole con deseo.

Ríe divertido. Baja sus besos hacia el cuello de ella, besándo y succionando leve la sensible piel de ésta.

Jadeé sorprendida cuando me besó el cuello, me volvía loca cualquier contancto en esa zona. Le empecé a quitar la camisa apresuradamente, mientras le besaba hambrienta.

Se dejó quitar la camisa. Ni lento ni perezoso introdujo rápidamente las manos dentro de la camisa de ella, levantándosela de una vez.

Acaricié su pecho de arriba abajo y mordí con picaría el lóbulo de su oreja, dejándome quitar la camisa.

Suspira leve al sentir sus dientes en su oreja. Tira la camisa por ahí, no sabe donde. Besa de nuevo el cuello de ella, acariciandole la espalda.

*Llamé a la puerta dando tres golpecitos, divertida y mordiéndome el labio sonriente, flexione una de mis rodillas ligeramente, dejando el peso en una sola pierna*

Empecé a desabrocharle el pantalón, oí el timbre y me separé un poco de él, entre extrañada y molesta.
-Creo que tendré que ir a abrir...- Dije de mala gana.

La atrae de nuevo a él. -No vayas- murmura rozando sus labios.

-Lena*Digo alzando la voz*-Tengo muchos siglos de vida, pero no tengo paciencia, ABRE LA PUTA PUERTA*Digo gritando*

Rodé los ojos al reconocer la voz, pero no pude evitar alegrarme de volver a oírla.
-Elisa.- Dije entre enfurruñada y divertida.
Le robé un último beso corto y me levanté, me puse la camisa y me alisé un poco el pelo, yendo hacia la puerta.
La abrí lo justo para dejar pasar mi cabeza.
-¿Sí?- Pregunté con inocencia.

Bufa molesto, echando la cabeza hacia atrás.

-Gracias Lena, ya me estaba cansando*Digo sonriente y no puedo evitar abrazarla, me interno en el salón arrastrándola como si fuera mi propia, observo al chico como si fuera un jarrón*-Ya veo que te siguen gustando los mediocres Lena...

Correspondi a su abrazo y me separé, la mire ceñuda.
-No eres quien para hablar, y lo sabes. Se llama Santino y no es ningún mediocre.

-También es un gusto conocerte- dijo sarcástico, observando a la chica con los ojos entrecerrados, se abrocha el pantalón.

-Mmm, un placer*Digo en un murmullo*-Santino. Cierto, cierto, no tengo nada que opinar, ya me callo*Digo en tono aburrido*-Lena ya me conoces por dios!*Digo sonriendo*-No me puedo evitar*Miro a Santino y arqueo una ceja*

Rodé los ojos y sonreí.
-Cierto, haces honor a tu raza...- Dije con un poco de burla.

Levanta una ceja al notar que la chica lo mira, serio. A eso se le llamaba arruinar la diversión, o simplemente indiscreción.